2018 –
De la bidimensión a las tres dimensiones. La pintura, su superficie y sus límites.
Exposición Individual.
Centro Cultural Casona Municipal – Córdoba Capital.
Sobre la muestra.
La serie de pinturas que componen este proyecto abordan dos modos de formar poéticamente, la de la exploración de la superficie pintada, por una parte, y la de una experimentación con los bordes y el volumen, por otra parte.
La primera de las formas experimentales trabaja la pintura de modo ilusivo y retórico; explorando la alteración de la superficie y jugando con la ilusión del cuadro como representación de algo, que finalmente reconocemos en un límite muy difuso. Aunque en algunos casos, la ilusión se vuelve más verosímil que en otros, como en algunas pinturas como Reposera, Maní sobre plancha de corte, Montañas. Relativamente ocurre esto en otras como Gato – pintura desplegable 01 y en un grado aún menor en Circular – objeto #7, Objeto #8, Dúo Motivo 2.a y Motivo 2.b. En otros casos la pintura experimenta con la alteración de los límites del cuadro pintado, llegando incluso a la proposición de una pintura-objeto o pintura en tres dimensiones. Los bordes adquieren volumen, y la pintura podría extenderse más allá. Por ejemplo en Hexagonal – objeto #3 los motivos se hacen presentes en los bordes, con igual jerarquía que en la superficie principal. Al igual que en Circular – objeto #4, Objeto #5, y Objeto #6 – despegable 02.
La geometría de los bordes netos pintados, contribuye y tensiona al mismo tiempo la posibilidad de reconocer los objetos representados; que son al mismo tiempo, banales y cotidianos pero no dejan de generar una retórica fotorrealista que interroga la condición de lo contemporáneo.
¿Porqué la insistencia en pintar hoy?
Pregunta que aparece tematizada como problema de diversas maneras en las obras de esta serie. La repetición de un gesto, de un icono. La pintura que pinta lo que ya ha sido pintado. La ironía de cómo un borde está diseñado para ser rellenado. La pintura como packaging en tanto despliegue de sus partes bajo el régimen de un instructivo implícito. Como es el caso de Representación de una pintura, Pintura para pintar y Pintura para armar.
En definitiva, se trata de pinturas que nos obligan a veces y nos invitan otras, a reformular nuestra idea de mundo.
Texto curatorial
Retórica de lo banal fue – para mí – desde un principio un proyecto pictórico capaz de abrir y hacer vibrar cosas de la vida diaria. Un día, mirando ejercicio del proceso, recordé “Propuesta para pintores aficionados” de Andy Warhol. Propuesta artística y pictórica que se presentaba como un modelo que daba pie a una labor manual posible para cualquier, a partir un conjunto de instrucciones simples. Una idea absurda y maravillosa al mismo tiempo.
Pensé: el trabajo de Constanza presenta ese juego, abre esa posibilidad. Pone en extrema tensión el concepto de originalidad del arte y en el mismo acto, se propone como ejercicio de singularidad. Sus trabajos nos obligan a desplazarnos del lugar cómo del encuentro con lo reconocible, al menos en un sentido inmediato. Nuestra mirada se debe habituar a ciertos problemas de la superficie pictórica, que parece querer estar al servicio de la iconicidad pero no lo está del todo. Hay algo de provocativo también en hacer un problema pictórico de cosas banales, quién sabe con qué fin. Y nos envuelve de tal modo que cuando nos damos cuenta, estamos dentro.
Alejandra Perié, junio, 2018
Prensa
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